jueves, 2 de agosto de 2012

El ocaso luminoso de Phelps


La piscina olímpica de Londrés será para siempre historia sagrada del deporte. Más allá de las irrupciones impactantes de Yannick Agnel y Ye Shiwen, el agua bendita de la natación ha coronado a Michael Phelps como el mayor coloso inscrito entre los cinco anillos mágicos. El joven mito de Baltimore (veterano nadador de 27 años) ha sido capaz de voltear el curso habitual de los acontecimientos y coronar su legado en el epicentro de su adiós -se retirará después de los Juegos-.

Phelps se quedó fuera de las medallas en los 400 estilos propiedad de Lochte, participó de la derrota americana en el 4x100 ante la imponente Francia de Agnel y apenas una hora antes de subirse al Olimpo cedió el cetro de "su prueba" -los 200 mariposa- en un ajustado final con el sudafricano Chad Le Clos. "¿Qué quieren que les diga? Él puso la mano primero, no busqué excusas", explicó después, consciente quizá de que su reto trascendía de cualquier momento puntual, de una sola prueba, de un éxito, de un fracaso, de un único matiz.

A Phelps le esperaban la historia y la leyenda, el cielo del deporte, la medalla número 19 que desempatara su duelo con la gimnasta soviética Larisa Latynina, cuyo registro de 18 metales se remontaba a Tokio 64. Pero el Tiburón no quiso conseguirla desde la cobardía y la mediocridad. Pudo haberse escondido de Agnel y nadar la segunda o tercera posta del 4x200. No lo hizo. Asumió la responsabilidad de su grandeza y se arriesgó a una más que probable derrota de darse un final estrecho ante el francés. Los dioses olímpicos -que seguro que existen-, encarnados en un Lochte colosal, le regalaron a Phelps los 200 metros más conmovedores de su carrera. Con una ventaja insalvable para sus rivales, cada impulso en el agua fue el homenaje y el broche más brillante posible a la trayectoria del mejor deportista de todos los tiempos.

Un ocaso luminoso solo podía ser suyo. Michael Phelps es eterno. Lo es desde que pulverizó a Mark Spitz en Pekín con sus ocho oros y lo será pase lo que pase en sus tres últimas apariciones en la piscina. El final soñado, pues nadará para disfrutar, para agradecer y para regalar sus últimas brazadas. La natación, el deporte y el olimpismo llorarán su ausencia al mismo tiempo que presumirán por siempre de su inmensidad.

***** El nadador americano, que había anunciado su retirada, finalizó los JJOO de Londrés con tres medallas más (22): los oros en 200 metros estilos, 100 mariposa y 4x100 estilos.

***** Phelps regresó a la natación para competir en los Juegos de Río 2016 y amplió su palmarés con otros seis metales (28), cinco de oro y uno de plata.

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